PUTA


Mientras doy play a la lista de la noche de brujas, veo en la parte superior de mi móvil tu mensaje recordándome "estoy caliente", y me preguntó ¿que te hace pensar que eres el único que sigue mi Instagram y mi facebook mostrándome que tengo en su mente y en sus sueños el lugar que a nadie mas le da? sabes que no solo tengo fuego en las venas, ni el deseo de yo mandar en mis fantasías vividas, ni la mente sobrada que no sigue modales, que no servirá el desayuno temprano, que no limpiará tu hogar, tengo algo mas que me hace brillar. Y quizá sea mi deseo, mi lenguaje, mi apertura mental o realmente creo que es mi fama de puta.
No tengo tiempo de explicarte cómo funcionan las cosas conmigo, que uso y me cojo a quien quiero y como quiero. Y no me interesa si los ojos de los demás me miran feo, yo sé lo que es bueno para mi cuerpo, me encanta voltear y poner mi trasero para que me den justo como me encanta, generosa y eficientemente.
Quizá no seas el primero ni en último que me llame puta, y ni siquiera el único que se hace piedra  seguido por aguantar -el no poseerme- y quizá eso sea lo que te hace desear de más este durazno delicioso, natural, algo que se dio en lo fértil de la tierra que representa tu deseo.
¿Que pasaría si por este momento cerraras los ojos y pensaras que mientras deslizó mis dedos en el teclado, mi vagina practica esos ejercicios que ayudan a que la humedad sea mayor? Yo no pienso en que estés debajo dandome sexo oral para demostrarme que deseas recibir en tu boca mi delicioso sabor, se que lo deseas. 
Que más de una vez miraste mi carita pensando y deseando probar mi boca, la textura de ella, creo que te llevaría al éxtasis pensar que mis ojos miren directamente los tuyos. Por qué durante todos estos años creíste que para mi eras invisible, pero no, si te mire y más de una vez vi tu miembro activarse con mi presencia.
Ya perdí la cuenta de las veces que me repetiste lo que yo ya se, que para ti soy inalcanzable, deseable,  aunque la realidad es que voy de cama a sillón, hotel o café, de música a letras, de matemáticas a química, de noche a día, de alegria a tristeza compartiendo lo que no imaginabas que era, mi sexualidad plena. 
Ya me conoces, es fácil para mí recibir textos tipo "eres mi puta" "me perteneces" "eres una verdadera diosa en la cama" que triste es tirarte la imagen pues soy más insegura y torpe en esos momentos. Soy culpable de soñar con cosas que quisiera hacer, cargar con una cara de no romper un plato en el sexo, de aún tener cicatrices en mi sensualidad.
Mismas que he empezado a sanar, los que me siguen saben  que últimamente mis temas cambiarán. Pero la verdad es que no es el objetivo contarles por que me encanta llamarme puta creo que más bien quiero vivirlo y sentirlo. 
Si tuviera que ponerme una etiqueta seria heteroflexible, quitarme la frustracion de no decir lo que me gusta, que no creo en el amor romántico, que me quito a diario tabúes y rompo la normalidad que no va conmigo.
 Desde lo que se que me pasa, quiero hacerte sentir que ya fue suficiente, a la chingada mis acuerdos con fingir y llenar sus lugares. Mis segundos van a ir a experimentar lo que yo siento dentro y fuera de mi vagina, de mis tetas, de mi cuerpo. ¿Puta ? Si es el precio que hay que pagar por ser diferente, feliz y plena. Pues va.
Pero no ser su puta, ni estar para nadie cuando ellos quieran, cuando decidan marcarme de sus sentimientos mientras recibo dedicatorias religiosas de sus jaladas. Si eso me hace esclava de los estigmas, estructuras y limitantes para que no me llames puta, mejor deseo abrirme al placer y la abundancia. Jamás, quiero que me muestres tus deficiencias en tu placer, en tu intimidad. No soy sucia, ni indebida, no quiero que tu te limites, no complazcas a nadie, date placer, mírame cada día deseandome más, y levanta ese trasero y ven a llamar a mi puerta. 
Posiblemente en esos momentos te encontrarías con cosas distintas, permítete moverte y muestra lo que deseas sexualmente. Tu sexo y el mío, como el de todos los que me leen es vida.
 Así que vivamos, imagínate si dejaras de tener miedo y me dijeras al oído -¡Puta!- mientras entras en mi parte más placentera. Mi cerebro. 



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