AUTOSEXUAL
Esta mañana cálida desperté otra vez en la cama de alguien más a quien no amo, no conozco del todo, no vine a incrementar su ego.
He aprendido a no huir de los departamentos, o de la habitación del hotel. Con frecuencia he notado que me gusta dejarme consentir, que compartir la cama, el desayuno, un baño, y una plática relajada no significa que soy de su propiedad. Ni ellos la mía. Se llama empatía, cuando aprendes que follar por follar no es del todo cierto. Siempre esperamos más, a veces un abrazo, un gracias o un café.
Mientras el duerme, me levanté sigilosamente desnuda (porque aún no aprendo a dormir con algo más encima), me dirijo hacia el balcón que da a la hermosa vista del mar, mientras que la cortina semitransparente y ligera vuela con el frio viento, mis pezones reaccionan a la brisa en el amanecer y saludan paralelos a la arena del mar.
En las manos conservo la taza blanca con leche dorada que tanto aprecio de unos meses para acá. Respiro profundo mirando el dorado brillante del sol naciente ante mis ojos. Me di cuenta que sin querer estaba escarbando en mi pasado sexual.
"Quieta!!!! Escuché de sus labios. Mientras mi habilidad de responder permanecía ausente"
Unas horas antes mientras los orgasmos iban y venían como las olas del mar, recorde mi primer orgasmo y recuerdo haberle dicho. --adoraria tener sexo conmigo misma-.
Y es que hace ya más de 20 años que tengo guardado ese secreto, y que hoy tengo ganas de contar.
Es parte de una energía interna, oscura, un placer envolvente, de seguir adelante y jamás parar. Es como un poder físico, dónde no da miedo expresar quien eres, es como una energía nueva que jamás he sentido con nadie más.
No hace mucho empecé a ser consiente de lo tanto que me gustaba masturbarme. Pero no requiero de material pornográfico, de los estímulos externos, de dildos o juguetes. El mejor orgasmo que he tenido lo experimente a los 17 años, aún virgen. Días antes de mi cumpleaños decidí comprarme ropa interior con encajes y completamente blanca. Tuve una fijación con esos fetiches, amaba las tangas de corte brasileño, los tops sin varillas, increíblemente usaba bralettes hasta la cintura pero amaba verlos en los espejos. No me gustaban otras chicas, no sentía bonito ver esa ropa interior en los escaparates. Me gustaba su textura, si. Pero lo que más amaba era ponerme frente al espejo, medirme los conjuntos y disfrutar de mi hermoso, perfecto y sensual cuerpo fisico.
Más de una vez mis conjuntos terminaron arruinados por el lubricante que salía de mi vulva, por qué rasgaba sus tirantes o encajes mientras intentaba ver mis pezones o mis nalgas que por cierto estaban súper firmes y redondas.
Pero lo que más me encantaba eran mis labios y mis pies. Así que seguido me pare frente al espejo, me toque el cabello negro ébano que heredé de mi abuela paterna, recorrí las comisuras de mis ojos en forma de "u" con mis dedos, puse mis pestañas tan cerca de la superficie reflejante y soñé con besarme.
En verdad he llegado al climax, sin tener que tocar mi clítoris, mis pezones o mi vagina. Yo amo el color de mi piel, la textura de mis manos al recorrerla. Amo el olor que despide en las mañanas mi cabello, me he descubierto oliendolo al despertar. Todas las mañanas extiendo mis manos para observarlas de dos a tres minutos, las reviso, las siento, las beso, son magníficas.
Tengo una manía descontrolada de mirarme más de 20 veces al día en mi espejo y mandarme besos o sonreírme. He escuchado a mi cerebro decir !estás deliciosa!.
A veces recuerdo los piropos y halagos que me han hecho algunos hombres.
Pero sin duda, cada vez que estoy con alguno, suelo pensar que soy brutalmente sensual y atrevida. Y pareciera que salgo de mi cuerpo fisico y me miró desde arriba mientras me penetran, me cogen, me besan hasta mis adentros. Solo puedo pensar este cuerpo es tan perfecto que amaría poder cogermelo yo.
Trabajo todos los días en no sentirme atraída y excitada por mi propia persona. Pero la verdad es que no puedo, tengo problemas para sentirme real y genuinamente atraída por otros cuerpos.
No me deja de gustar tener relaciones con otras personas, tampoco me la vivo masturbándome. Si que quiero tener relaciones con otros, pero antes, durante y después pienso en mi misma.
No puedo marcharme de la cama de alguien sin haber sentido mínimo un orgasmo, es un compromiso con mi cuerpo, tengo rituales románticos conmigo. Seguido planeo citas excepcionales donde yo soy la protagonista y a la vez la que da todo por el otro.
Y es que no necesito satisfacer mi ego con otras personas, me siento bien conmigo misma.
Generalmente no puedo explicarle a nadie lo que siento, que la causa de mi atracción y deseo sexual es pensar en mi misma. En el momento en el que mis senos empezaban a crecer, en el que mi vagina empezó a hincharse, en el que adquirí una a una mis habilidades en la cama. Adoro que se exciten conmigo porque se que sienten lo que siento yo a diario.
No me permito lastimarme, si uso juguetes sexuales los desfinfecto, los aromatizo, tengo que invertir en tener a mis genitales y zonas erógenas felices. Y no me interesa lo que perciban los demás de mi sexualidad, siempre me he sabido hipersensual, sexosa, autocomplaciente, me quiero, me deseo, me respeto y la verdad es que siempre tengo sexo conmigo misma.
El tema es que no era consciente, he tenido inseguridades sobre mi apariencia, mi vestimenta, mi personalidad. Pero jamás he dudado de lo sensual y sexy que soy.
Quizá no soy una mujer tradicionalmente atractiva, pero mis curvas, mi inteligencia, mi velocidad mental me provocan emociones distintas a cualquier otra cosa.
Se que a la mayoría no le pasa, pero estoy decida a gritarle al mundo que soy autosexual. No soy narcisista, porque se mi importancia, me admiro pero tengo empatía para con los demás.
No cambian mis preferencias sexuales en cuanto a los otros géneros, porque si fuera hombre también tendría imágenes y fantasías conmigo.
Es seguro que es la motivación más arraigada que tengo para escribir este blog. Me excita recordar o pensar en los coprotagonistas pero más me excita escribir sobre mi calor, mi aroma, mi sexo appeal, mis sonrisas, mis gemidos. Y eso me lleva a la otra parte, soy autoromantica.
Es decir, disfruto salir conmigo misma. Me gusta estar conmigo y conversar de mi. Paseo por aquí y por allá, amo educarme, cuidarme, protegerme, amarme, respetarme y serme siempre fiel a mi misma a mi escencia.
Estoy completa y absolutamente enamorada de mi misma. Va más allá de quererme, mimarme y tener una sana autoestima. Me siento más atraída por mi misma que por cualquier otra persona.
Así que cuando termine el último sorbo de esta leche dorada, seguro tomaré un baño y le pondré cuanto bálsamo haya logrado guardar. Porque hoy mi cuerpo y yo vamos a disfrutar.
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