BAÑO DE LECHE
Desde Popea, hasta las famosas actuales, pasando por Cleopatra esta costumbre ha llenado nuestras más ambiciosas fantasías. El simple hecho de sentir ese momento a solas sin que nadie te diga como mirar tu propio cuerpo.
Hace unos días me sentía diferente, llena de besos, caricias, energías, de todos los deseos acumulados de tantos hombres que solamente pensaba que debía liberarlos de mi piel. ¿Cómo hacer que sus orgasmos y los mismos se liberarán para siempre?
Sé que es difícil plantear esta idea, pero es así nuestra piel se llena, se carga de sus deseos carnales. De lo ferviente de sus miradas, que nos desnudan y nos contraen contra ustedes.
En mi caso, llevaba dos años cambiando de energía con propios y extraños. Han escuchado que eso es posible, intercambiar energías entre cuerpos. Hace mucho que no siento eso dentro de mí, he recibido la potencia, deseo y fervor de muchos, pero no sabía como sacarlo de mí.
Recibí hermosas flores de color naranja y amarillo, que magnificas eran, no resistía verlas morir. Así que pensé que debía darles mejor uso, y puse mi tina blanca a llenar con agua helada mientras prendía dos de las velas que recibí de ustedes (canela y mandarina) amo esa luz sensual, y sus aromas. Sobre la hornilla puse mi amada olla de barro con las flores y más emulsiones. Recordé que amo la química por algo más que las pruebas ordinarias, y me volví por instantes esa pequeña bruja que siempre ha vivido en mí. Calenté leche de un tono blanco perla, puse algunas sales de baño en la tina, busque una playlist relajante, que evocará a la naturaleza, lo dicho, este momento era para mí. Era una mañana de Jueves, mi día favorito, en la que no existía nadie más que yo.
Tome mi toalla favorita tan suave y la puse sobre mis tetas que tenían frío, y eso era notorio, me mire en el espejo color plata, y me mire tan perfecta, mi cintura ha regresado, mis caderas son tan sexys, y mis pies, ¡mis amados pies!. Sumergí el primero para verificar que era más que helada, solo pude sentir mis pezones erectos en dos segundos, mientras eso pasaba saque de la nevera el último trago de vino rosado espumoso del día de las madres. Lo serví, en la copa helada, di un sorbo, acerque las ollas, prendí un incienso aroma canela y me preparé para contraerme toda por el referible frío que supone una tina helada. Comencé a sentir, cada una de mis células contraerse y mi piel comenzó a tornarse azulosa, mis labios no paraban de temblar, posteriormente saque la mano de la tina para alcanzar la pequeña jarra de leche caliente, que deje vertir de a poco entre mis piernas, solo puedo equiparar ese calor, a cuando tengo una eyaculación, pero el placer que brindo la leche a mis senos y a mi boca al caer y dispersarse entre el agua era tan superior. Y los aromas, me dejaban saber que estaba por abrirse una nueva etapa, pero no pare, me levante un poco para alcanzar la jarra de barro con los pétalos de rosa y comencé a esparcirlos por la tina, sus colores, aromas y textura me dejaban saber que la piel de esos hombres no era ni tan suave, ni tan cálida como la mía. Al terminar, puse sobre mi cabello esencia de lavanda, amo sentirme relajada, sumergí la cabeza, y me concentre en los sonidos de la inmensidad del universo, todos los pétalos tocaban cada milésima parte de mi cuerpo, retomaba los besos que sentí, levante mis pies a la altura del grifo, solo para reposar mi trasero y mis piernas en las paredes de la tina y recordar las veces que besaron mi vagina, que mi trasero quedo rojo por sus manos en él, las veces que mis senos llenaron sus bocas,o mi cabello era recogido mientras besaba sus penes. Pero entonces paso, volví a tocar mi vulva, a limpiarla de sus penetraciones, a sacar mis orgasmos a la luz y completitud, y metí uno de mis dedos para sentir su humedad que aún entre el agua es distinguible. Escuche sus voces decir !Eres una diosa!¡Te deseo tanto!¡Amo tu piel! ¡Adoro esa mirada!, pero esta vez era mi voz la que las repetía, estaba ahí amando mis partes, tocándome a mi misma, como lo hice desde antes, con esa pureza que se renueva cada vez que deseo revolcarme en mi deseo. Desearía que no terminarán esos momentos, cuando comencé a drenar el agua, me di cuenta que más seguido dejaré que el aroma de estas flores, de está leche, de sus mieles entre en mí. Al final del día, seguiré siendo mía y por momentos compartiré mi dicha. Feliz de sentir dentro de mí, su calor, su piel, su deseo, de sentirme suya. Como quisiera llenar mi tina de todas las veces que los he visto eyacular, es que su sabor, su aroma me hace llegar al clímax. Que fantasía tan más heavy, llenar mi tina con todas esas leches..mmmmm
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