RAVEN: La muerte dulce
La inteligencia de los cuervos, y su capacidad para aprender, razonar y recordar, resulta impresionante.
Me pregunte está mañana ¿En qué se parece el hombre a un cuervo? Y todo el día rondó en mi cabeza. Será su pensamiento lógico, humor poderoso, su formación de valor temerario, la dureza hasta la insensibilidad, el desprecio a la vida y el dolor, su deseo de ser completamente libre, la manera de posarse en sus presas, la obscuridad o su cuerpo fuera de esquemas.
Tal como lo negro azulado de su plumaje, tus ojos me han mirado reflejando la noche. Triste y a la vez misterioso tú, no clasificas en los arquetipos de hombres que había conocido, creo que tu magia viene de la naturaleza. Realmente llegaste a robar mi alma y la profunda tristeza que había en ella. Lo que sé, es que causas un efecto en mi imaginación que me hace sentirme poseedora de virtud y fuerza.
Mi alma se ira a la Tierra de los Muertos, desde donde llegaste; por haber deseado a un hombre menor que yo: por que aún ahora que rompo moldes y paradigmas, seguiré siendo la cougar que se beneficia del tono sagrado de tu voz. Me das la vuelta con frialdad, e intento mantener la postura.
Siempre de noche, tan oscuro e irreverente, has olvidado que cual Cuervo naciste blanco (bueno) y que ha sido tu crecimiento y sensual espíritu lo que te ha vuelto místico y revolucionario. Fuente del mal, de mis deseos más escalofriantes, objeto de mi locura sexual, ave de mal agüero, ¿Será que me sacarás los ojos y luego los sesos?
Yo, fruto de tu traición a alguien más, tú,esperanza de la gloria de mi impiedad. Juntos, carne y hueso desnudos y creando espacio en este mundo lleno de dolor. Parecen instantes, esas noches y horas que tus alas rozan las mías aún cuando intento ser Paloma. Pero mi vacío se llena con tu piel. Rozas mi plumaje sin dejar de graznar, fusionas tus cantos con las gotas de lluvia que caen de mis ojos intentando no pensar. ¡Pero por Odin!, llegas y llenas de memorias mis pensamientos, cual aquel par inolvidable.
Mis senos son extensión de tu pecho porque comparten calor, aliento interminable, es fuego, nos quema. Es el agua lo que necesitamos, pues tu cuerpo de Cuervo no puede sudar, no puede regularse, ni parar su temperatura elevada, y yo estoy mirándote como si fueras mi presa, y me sigues a la muerte. Esa muerte dulce, mediante orgasmos, mis gemidos y tus cantos armonizados dan origen al clamor de las mieles del placer. Tu respiración entre mis piernas, me hace recordar que no somos libres y eso le agrega más diversión. Pues lo prohibido, lo quiero y lo ansió, comer de tus entrañas o ellas mismas, es tu semen el que deseo sobre mi cuerpo lleno de tus caricias y sed desesperante por saciar.
De pronto, tus ojos parecen más blancos que mis alas y puedo sentirlo tu calidez dentro mio. Te vanaglorias de lo que sucede cuando apenas yo logró desbloquear la tristeza, para permitirme la inmersión a tu mundo de ambición. Donde lo único que no quiero es parar, y sigues, arremetiendo contra mí, fuerte, duro, y a veces suave como tu delicadeza y libertad al volar. No quiero que vueles, pero te quiero libre, y ahora excitas el deseo de la muerte en mí. No puedo respirar, ni moverme, no sé si emito algún sonido, mi alma sale de mí y puedo verme ahí entre tus brazos sobre tu cuerpo desnudo, y con tu mirada exigiendo una señal de vida. Pero no es así, pude morir.
Fría, como la nieve del invierno, seca como el desierto, pero mis entrañas vibrando en tu ser aún dentro de mí. Tus manos me recorren y contemplan la imagen de mi inconsciencia, de mi muerte, te hace gritar cual los cuervos al enfrentarse a la muerte.
Pero olvide que su instinto mortuorio, prefiere la necrofilia.
Y desde ese trance, solo puedo mirarte fuera de mi cuerpo terrenal, mientras tu absorbes mis senos con tu boca, pareces una bestia, que chupa y muerde mi cuerpo inmóvil, despertó en ti la avaricia de no compartir mi cuerpo, de velar por tu carne, tu alimento, pero mientras sueño y vuelo lejos.
Mi cuerpo te regala humedad, frescura, contracciones, te recuerda mi rebeldía aún en ese estado. Y ahora siento, tus manos dentro de mí, al mismo tiempo que me penetras, y desearías que no estuviera rígida para pedirme otra posición, pero permanezco a tu placer, sin suspiros, bajo tus reglas. Las marcas de tus besos en mi piel y mi cabello que se han vuelto a enredar y tú estas confundido.
¿Cómo has podido tocarme así?, como si la ausencia de vida te permitiera hacerme tuya. Pero olvidaste que mis piernas te tenían abrazado sobre la espalda y ahora no sabes como liberarte de mis cavernas, así que decides darme un placer diferente, recorriendo mis caderas con tus manos pálidas, llenas de mí, tus dedos entre mis pezones, tu nariz entre mis senos, tus respiraciones desesperadas, tu aliento cálido en eso, mi espalda se arquea para descubrir que tu libido, tu energía, tu sexo me devuelven la vida en un extendido orgasmo. Abro los ojos para mirarte como siempre, y descubrir tu sorpresa. Olvidaste que la muerte no es infinita.
Desearía que tu pico me diera en la boca el pedazo de queso del que hablaban en aquella leyenda, mientras me vuelves a impresionar con tu concepción de la vida y la muerte.
He elegido, abrir mis alas y seguir a tu especie. Aunque no encuentre lo albiazul de tu alma.
No obstante, "Un cuervo puede manipular energías, tiempo, y emociones. Pero como sea que mudes en el invierno, un cuervo siempre lo es"
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