RAZÓN Y PIEL
Desde la idea de Platón de "que el alma y el cuerpo están separadas" de que el deseo es una necesidad donde el cuerpo no importa, el erotismo es innecesario y el placer es algo trivial, pensaban que el sexo es algo sucio que se puede hacer con cualquiera y que hacer el amor es algo hermoso que solo se hace con gente especial.
Dejamos de ser "solo sexo" cuando la mente, nuestra razón, está ahí tomando decisiones de las que después, usualmente nos arrepentimos, y vaya que no depende de como se mire, ni siempre todo es bonito, que de vuelta en vuelta llegará el agua que buscamos, pero al final aunque me gustes tal como eres, hasta tu lado obscuro detrás de la cortina de humo, tras la que te grita mi corazón, que solo hay dos días en la vida y en los dos, estamos prohibidos.
Me han dicho que estaba tan prohibido tener ideas, opinar, oponerme a las costumbres, gritar, gemir, tocarse, sentir y besar cuando de solo sexo se va a tratar. Llegaste como el cuento que no es real, de Romeo y Julieta, me hacías decir cuando estabas a mi lado, "Hoy, no soy yo" pero los sueños duran lo que dura el tiempo.
Desde que te tome de las mejillas y te acerque a mi boca, que moría desde antes por sentir tus labios, y deje tus manos recorrer mis piernas pálidas asomadas debajo de ese vestido color sangre, como la pureza de tus miradas que muestran y me siguen diciendo ¿ A dónde vas? justo cuando nuestras hormonas estaban presentes, mientras te deseaba, como si completarás esa mitad que creí perder.
Tu hablabas, al tiempo que los acordes a los que llevo haciendo referencia todas las líneas anteriores, sonaban desde tu playlist favorita. Nos unió por una desgracia que extrañamente se sentía cercana, como si el adiós a ese genio, nos hizo llorar y no distinguir entre la realidad y el sueño.
Uno no encuentra esa complicidad solo por tener sed, y es que mientras otros me miraban con deseo y tú me tocabas discretamente, solo podía pensar como mantener mi decisión de no tener sexo contigo esa noche. Pues entre nuestras ideologías y concepciones del mundo tan afines, solo recuerdo que tu me hacías reír.
Pocas veces en este mundo terrenal, he decidido cruzar esa línea entre el sexo y el amor, cuando el que esta enfrente, vive el proceso de deslizar mi ropa por mi piel poco a poco y la deja caer por mis piernas, para besar cada espacio de mi, para llenarme del calor de su piel, donde no importa quien será el ying o el yang. Eso que tú me das, me hizo abrirte las profundidades de mi vulva, y recuerdo que no querías entrar, adorabas sentir la humedad de mi boca, haciéndote crecer y repetir sin parar, ¡No te vayas!!! Y siempre, cada momento escuchar las notas que dejaban a tu sangre y la mía viajar por nuestros genitales y hasta nuestros ojos y manos que se alineaban cual un chiste que no contarás jamás a nadie.
Y no era necesario, ponerle límites, porque duraba infinito tiempo (entradas y salidas, abrazos y apretones, dureza y delicadeza en una misma cama). La textura de tu piel y los cientos de lunares que sobrepasan mi colección, entre tus defectos que no enumerare, porque no acabaría. Sentir tu cara entre mis senos como si buscarás la protección en el mismo cuerpo, que te reduce a gemir de placer cuando eyaculas dentro, y que te hace repetir ¡duerme conmigo!, ¡no quiero soltarte! mientras tu boca consentía mis pezones, mis hombros, mi cara, mis manos, mis oídos.
Era tan divertido sentirse enamorado, lleno de placer, y en éxtasis. Tan completo e incompleto como describir que me escribías mientras me decías -estoy aquí a tu lado- Y yo, regresarte la llamada para decirte, _¡ven, quiero chuparte para que me des tus más ricos jugos!- es el mejor remedio, cuando se cae el mundo al suelo y vuelas.
Soy una imbécil por pensar en lo que hubiese sido y ni fue, quiero ser poeta esta vez, más que nunca, para llenar esa colección de libros que enamoró a mis neuronas, e hizo a mis piernas sentir un frío, cada vez que me miras fijo, y mientras niego que siento miedo a tu partida, escribo estas palabras que tienen un solo fin, decir que la noche llena de placer, sexo, amor, sentidos, ideas, filosofía, éxtasis y planes a la ligera, es un sin sentido.
Por que era más fácil no cruzar, pero era necesario confundir. Esos momentos fueron parte de un duelo excepcional, que nos recuerda que San Valentín no existe, cuando queremos dejar claro que algo es nada, terminamos eligiendo entre razón y piel.
Saldré corriendo, aunque para curarlo, no exista ningún Jarabe.
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