ENCORE

 A veces cuando vas a un concierto, y de pronto el público empieza a aplaudir de forma espontánea y pide a la banda, artistas o ídolos --una vez más--, lo único que esta pasando es un "encore".  Es algo que del francés se traduce como "de nuevo", "un poco más"; pues bien este texto tenía que llamarse así, como cada parte de esta historia, como cuando sucedió en la realidad en un lugar que lleva ese nombre.


El peor sexo de mi vida, vino de la mano de mi más grande amor, o quizá el primero. Ese que inicio hace 18 años, (¡que fuerte! ya alcanzo la mayoría de edad) ese que inicio con desprecio en un extremo e idolatría en el otro. Aún recuerdo su mirada atónita después de que un amigo en común que llevada el nombre de "agraciado", nos presento y yo como siempre solo sonreía tan cínica, incapaz de pudor alguno. Su piel color chocolate, los ojos negros más profundos que he visto pues conectaban con una mente frívola y mordaz que a poco descubriría. Sus manos, que me ofrecieron el mundo que más amo (la música alternativa) tan delgadas, grandes, más que las mías, de precisión milimétrica, ágiles para los trazos, tanto como su cerebro para los cálculos matemáticos, pero que nunca calcularon amar a esta simple mortal.

Este es uno de los "secretos" mal contados, pues se trata de aquel adolescente al que le entregue mi virginidad, sí es que el lector cree que se lleva en el himen, y en la pureza del alma. Porque nadie me ha visto igual, tan vulnerable.

Mi cuerpo, siempre lo supo, no me entregaría a nadie, siempre sería mía. Me entregue si, al deseo, a mi pasión,a sus brazos, a su respiración, a mi calentura. Pero ninguna de esas razones fue lo suficientemente fuerte para "coger con él", porque cuando siento algo más por alguien, lo primero que olvido es el placer carnal. Olvide complacerlo, y a su ego de hombre sobre hacerme suya en aquel entonces. Pero no lo negaré, siempre soy amiga de mis parejas y hago "promesas" que siempre cumplo. Así que, después de intentar varias ocasiones conectar desde solo sexo, acordamos fingir ante todos que paso lo que muchos si hacían en esas épocas. Así que era muy hermosa la turbulencia de la sangre, pero que solo tomará mis caderas con sus perfectas manos para decirme que esperaría tanto tiempo como yo quisiera además de excitante, se volvía una incertidumbre. Y lo cumplió.

 Igual que yo he cumplido la promesa que me hice hace años, de siempre escuchar a mi alma, mi mente y vulva, ellas mandan. Tres lustros después volvió para recordarme que esa parte de mi, no estaba resuelta. Volvió como antes, haciendo saber que celebraba cada día a mi lado, solo como lo trae la verdad y la vida hacia mí, entre canciones. Así como una vez el camino fue "andando" o "en medio del lugar" en realidad decía "lo mio es serio" repetía entre líneas que no olvidaba que el era el todo para mí, con el "sin ti no podría vivir". Aún cuando ya tengo experiencia en eso, no pude evitar emocionarme, mirar como me daba lo suficiente para ver que era el momento de decir, "es ahora".

Lo pensé mucho, no podía ser así de fácil, que el decidiera de pronto trabajar y vivir donde elegí desde hace tiempo. Que supiera lo que hacia con mi vida y con mi tiempo, que quisiera conocer cosas que nunca nos dimos oportunidad, pero mis pensamientos se evaporaban con cada llamada, con cada mensaje.  Era como los cuentos de hadas en los que no creía, todo era reducido a "el amor todo lo puede"

Ahí decidí que me daría la oportunidad de sentir otra piel diferente, que podía seguir sintiendo emociones y locuras inexplicables, así que arregle mi cabello, mi piel, mis ojos, mi boca, como hacía años no lo hacía, solo porque decidí intentar. Y no me arrepiento. Así que nos vimos en la plaza más grande del mundo, sí eso existiera, y  yo sabía que después de eso todo cambiaría, porque la ultima vez que nos deseamos creí que era tan estúpida. Todo lo que les pueda contar, no es relevante pues en cuanto nos vimos, todo fluyo igual, como 15 años antes. No se como pude soportar los minutos que tardamos en llegar al hotel, podría decir que casi fue de mis primeras veces en un hotel, pero esta vez me quedaba claro que todo estaba planeado (entre nosotros siempre fue así) me puso cada lugar para que le diera el sí, y bueno esta vez tenía que ser magnifica. El color de aquellas paletas rojitas, con las que jugaba a excitarlo hace años; llenaba las paredes perfectamente pulidas y forradas de arte pop del lugar. El solo quería que medio planeta entero me viera con él, como siempre.

Yo no podía pensar en nada más que estar entre sus manos, en que había vestido demasiado formal para la ocasión, siempre bajo ese abrigo que tanto amaba color negro, suave terciopelo que cuando íbamos por el elevador olvide donde quedo. Una persona me dijo, mientras se alejo unos minutos, se ven super bien juntos, se nota que se encantan, deberían intentar algo más. Si supieran que de amantes no había más plan. Pero sonreí y pensé como sería si jamás hubiera soltado esas manos, si no hubiera escuchado a las falsas amistades o le hubiera sentido inferior a mi. Bueno, visiblemente nervioso, como siempre se porta frente a mí, y sin ninguna palabra de por medio puso su frente sobre la mía y yo pensé que bueno que no olvide ponerme plataformas porque siempre fue más alto que yo. Tengo claro que cuando es sexo casual no debes conectar de otra forma, aún no sé a que estaba jugando, pues el primer beso me lo soltó él. Sostuvo mi trasero dentro de sus grandes manos, lo levanto entre los pantalones perfectamente ajustados,  al tiempo que de un solo movimiento me puso a su altura y mi vulva quedo justo enfrente de su miembro erecto que a estas alturas parecía sentirse encerrado y ansioso. Pero lo que más recuerdo fue la presión de ese beso, fue tan fuerte, tan firme, fue un  -te extrañe - con todas las letras. No era suficiente para ninguno.

Mis senos resaltaban bajo la blusa color magenta, con encajes en los brazos pues salvo ella todo mi atuendo era lúgubre. Pero ese día, sin saberlo cada prenda que me quitaba enterraba a la amargada, sumisa y abnegada esposa perfecta que había sido por casi 10 años, la temerosa, nerviosa, tan fiel, respetuosa, defensora y protectora de un imbécil. Apenas los 15 cm de mis plataformas aterciopeladas me ponían a su altura física, ! Ay como amo los hombres más altos que yo! amo sus besos y sus abrazos, que me cobijan y llenan ese vacío que solo el conocía desde la adolescencia.

Como quisiera que estuviera leyendo esto, y supiera que al ver sus ojos me di cuenta de que todo lo había planeado. Lo note. Me presiono los labios tan fuerte,no me mordió, solo me apretó los labios con los suyos como si nunca quisiera soltarlos, para dejar una marca color rosa, que con las horas se torno violeta. He buscado en todo el Internet para saber que significa ese tipo de besos, hoy mientras escribo entiendo que me marco, sabía que cuando llegara a mi casa mi pareja, notaria que era suya, que siempre lo fui.

Tan equivocado estaba, el sexo nunca es la base del amor. Escuchar las palabras "mi nena" como antes, cuando me besaba el cuello, con esas caricias de su piel, tan delicadamente sobre mi cuerpo, con una delicadeza propia de la primera vez, vi los ojos de adolescente deseando a su presa. Me estaba volviendo loca, pensaba hacerme uno, no solo coger.  Pero su desesperación por mis senos, me saco del shock, aun cuando sus palabras sobre mi perfecto color de piel,su suavidad y calor le hicieron decir, eres más perfecta de como te recordaba. Claro, a los 17 no tenia tetas, jajaja. Pero eso era irrelevante para mi pues mientras le quitaba su chaleco color claro y camisa azul. El ya me quitaba el sostén y respiraba tan profundamente como no había visto a ninguno, y no entendía porque el sentía que parte de su alma se completaba.

El tocaba y rodeaba la forma de mis bragas negras tan adoradas, y no las quitaba solo las analizaba, y no pudo evitar decir que la ultima vez que me tuvo así eran de algodón blanco con margaritas azules y encajes delicados. Ahora se habían transformado en lycra flexible corte francés con elasticidad nada impecable sosteniendo mis amplias caderas y trasero fuerte. Mientras que al desnudar su dorso los vi, esas figuras que yo dibuje hace años en un papel que le envíe para terminar nuestra relación, ahí me quede fría, en su piel había marcas que yo llore años. y se sabía libre era evidente. Esa carta que lo alejo de mi hace años, estaba perfectamente retratada en el avión de papel sobre su hombro. Pase las yemas de mis dedos, analice cuantos colores tenían y pregunte si ¿el ave se sentía libre? Y afirmo mientras ahondabas con tus adorados dedos dentro de mi, y justo cuando mi humedad llenaba tus manos, recalco que ese día era todo lo que yo le pedí.  Y que me deseaba tanto como todas las veces que no le cogí.  

Se inclino y se sentaste en el sofá gris, en perfecta combinación con todo el mobiliario, miraba todo alrededor, tan rojo, tan yo, excéntrico y llamativo. Me miro e intento probar mis tesoros, pero no lo deje, acto seguido me llevo como su princesa, como la linda bella que ha tenido esa mañana seductora.  Pensaba que estaba enamorada, solo puedo recordarlo respirando mi olor, y diciendo que lo guardaría en su memoria, te quiero, pero el hechizo era más fuerte pues ahí lo entendí, yo era su tesoro más preciado, pues era el que jurarían fue el primero, el del plan convencional. Y eventualmente fue el primero que me recordó que era mía, que sus penetraciones y su falta de gemidos no eran parte de un sexo genial. 

Hoy todos mis lectores saben que me dejaste decidir cuando, y como. Que te esforzaste en darme todo, mostrarme el encanto de la música, de lo que no esta permitido, sé que la has pasado mal. Pero aún así no me arrepiento de nada, porque me re-enamoraste clandestinamente mientras ellos pensaban que los amabamos. Y eso me hizo recordar quien era yo, que desde los amados autos hasta los cabrones inmensionables, todos, siempre me han repetido tus palabras, que mueren por mi sensualidad, que valgo más que el silencio de su boca. Aun así, no seré por siempre tu amante, porque ahora estoy con mi soledad. Si regresas, sabes jamás será lo mismo. Nunca más, un encore.





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