THE LAST STRAW
Hoy mientras escucho esa tonada de Come Together en mi lista que llame como te he apodado a ti "la última gota" y la batería suena de fondo puedo tener el valor de escribir lo fulminante que fue la ultima gota que derramó mi vulva por él.
Hace no mucho tiempo cometí el peor pecado de una mujer "desear el cuerpo de dos hombres al mismo tiempo" que poco buena esposa me oigo. La verdad es que llegaste a explotar la oscuridad de mi sexualidad que estuvo guardada por años. Deseaba con todas mis células tocar esa piel, sentir esas manos que amo desde el pulgar hasta la muñeca pues no había visto manos tan perfectas, justo del tamaño que deseaba y tan diseñadas como las miles que dibujé hace años.
La emoción que sentía de conocerte y de besar tus labios que me llamaron "mi amor" desde meses atrás, era injustificable, me vestí para ti con el que sería mi vestido más amado hasta ahora, lleno de una sencillez absoluta, mi ropa interior también había sido adquirida para ti, y hasta mi maquillaje era algo que no había visto en mi rostro por más de diez años.
Estaba lista para ser tuya, para fusionarse en tu piel. Justo cuando te dije que en verdad estaría para ti, tu sonrisa en la voz era más que excitante, tu sabias que había un universo conectándonos completamente. Me sentía excitada antes siquiera de tenerte, tus palabras mientras me dirigía hacia allá sobre tocarnos y sentir nuestra alma me tenían en una especie de limbo de la que no podía escapar.
Olvidaba que tenía un ancla y que estorbaba para fluir a tu lado. Pero como todas las cosas que hay que enfrentar en esta vida, salió la verdadera yo y le puso las cartas sobre la mesa.
Le plantee lo que ahora sé que se llama Cuckold, pero que no era para mí más que una infidelidad consensuada. Y al le excito saber que su pareja era deseada, en su estúpida mente se sentía sabedor de la propiedad.
En realidad, lo que me atraía de ti era mucho más que un deseo, me enamoré de tu cerebro, de tu forma intuitiva de ver el mundo, y estaba segura que a partir de ese día cambiaría todo. Nuestra relación era más terrible de lo que el sexo podía esconder y tu estabas tan disponible, así que nada importaba ya.
Pero para el (mi esposo) eso era importante, no sentirse engañado o hecho a un lado. Si supiera que tenía mucho tiempo, que al coger no pensaba en el. Que para esas alturas, había viajado más de tres veces hasta la comodidad de tu habitación, que te había soñado desnudo, que ya había visto mucho más que tu cara.
Así que para cuando llegaste al motel, aún no se porque tardaste tanto, el estaba ahí intentando controlar mi mundo y evitando que fluyera lo que inevitablemente ya pasaba. Tu voz al saberlo ahí fue de molestia, incomodidad, por que además de todo era el primer trío para los tres , pero había roto lo que después me reclamarías como nuestro acuerdo.
La verdad a mi me valían sus opiniones, quería estar a tu lado. He creído por años que hay lazos energéticos que nos conectan cuando tenemos sexo con alguien. Pero los de nosotros, estaban tan amarrados y aún entrelazados con él. Lo cuál aparte de repulsivo me parecía injusto.
Me sentía como una diosa, al saber que tenía en mis manos el poder de su excitación. Que tu pene estaba más erecto que en años, y pude ver en tu carita la inseguridad de no saber como actuar, que decir, por donde entrar. Esperando creo que la grosería de él, pero la mirada que tuvimos recíproca donde su presencia no importaba. Para cuando te empecé a desnudar, y me puse en cuatro sobre la cama con sábanas blancas y telas violetas que reflejaba las luces multicolor de la habitación número 28, que contaba con jacuzzi y que no descarto que tenga cámaras donde todo el motel nos miro. Regresemos a estar en cuatro con las bragas precisamente mojadas, sacaste tu pene de tus pantalones ajustados y pude sentir que escurrías por la situación, esa la gota espesa, fría y brillante que escurrió de tu pene y que tomarías con la punta de tus dedos para introducir en mi vagina, mientras mi pareja te decía, !Vas, Penétrala! Hazla tuya. Esa fue la última gota que derramo mi matrimonio, y por la que evidentemente cambio todo.
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